A finales del pasado siglo XX, se hacen cargo de la Hermandad una nueva generación.
Rafael Jaén Toscano
El estado de decadencia de la Hermandad de Jesús Caído desemboca en el cese de Matías Prats como hermano mayor y la elección de Rafael Jaén Toscano para el cargo, quien forma dos cuadrillas de hermanos costaleros que portarán ambas imágenes el jueves santo, siguiendo la tendencia revitalizadora que se comenzaba a vislumbrar en la semana santa cordobesa y donde tuvo una especial incidencia la sustitución de las ruedas en los pasos por las citadas cuadrillas de costaleros de las hermandades. La juventud de los costaleros permite la realización de diversas actividades por parte de la junta de gobierno, con el único propósito de recuperar económicamente la Cofradía y aumentar el número de efectivos con que se contaba en ese momento.
Antonio Romero Alfaya
Los objetivos planteados comienzan a lograrse en el marco de un movimiento cofrade en alza durante estos años en la ciudad y en la mayor implicación de los cofrades en el desarrollo de la Hermandad. Aun así, la ansiada revitalización económica no llega a producirse plenamente y se arrastrará la situación hasta la etapa de Antonio Romero Alfaya (1982-1989), quien se ve en la necesidad de recabar fondos para una nuevos locales de hermandad ante la expulsión llevada a cabo por los carmelitas del local anejo a la Iglesia.
Juan J. Cas Hernández
El mandato de Juan J. Cas Hernández tiene como fin primordial recuperar la maltrecha caja de la Hermandad, lo que conseguirá con creces a lo largo de los ocho años que gobierna la cofradía. Cas llega a la Hermandad traído por Romero Alfaya con el propósito de buscar una gestión que impulse definitivamente a una Hermandad necesitada de subirse al tren de una moda cofrade que empezaba a eclosionar en Córdoba. Su puesto en la administración de la empresa distribuidora de electricidad le proporciona múltiples contactos que ayudan a procurar los fondos necesarios y aumentar el número de hermanos. Se amplía el local de la Hermandad, se concluye el bordado del palio, se realizan dos candelabros para la trasera del paso y se restaura la túnica de salida de Jesús Caído. En 1995 se conforma la Banda de Cornetas y Tambores de la Hermandad, que hará su primera salida procesional al año siguiente. La celebración del aniversario de la muerte de Manolete marcará el final de la etapa de este hermano mayor.
José Jiménez Pérez
En 1997, el Vicehermano Mayor con Juan J. Cas, José Jiménez Pérez, asume el cargo de Hermano Mayor de la Hermandad. Empleado en una entidad bancaria, continúa el proceso abierto por Romero de impulsar económicamente la Cofradía, basado, sobre todo, en el aumento del número de hermanos, venta de loterías y organización de la cruz de mayo.
Durante este período se realiza una nueva corona para la Virgen y se restaura el paso de Jesús Caído, a tenor de los fondos recaudados por la organización de un festival taurino, cuyo peso lo llevó el diestro Enrique Ponce, joven torero al frente del escalafón durante varias temporadas y que comienza a vincularse a la Hermandad, con la que procesiona cada Jueves Santo, acompañado de otros como su subalterno Antonio Tejero o el matador Rafael GonzálezChiquilín. Es de destacar la celebración del aniversario de la muerte de Lagartijo, con una exposición de enseres realcionados con el mundo taurino.
Rafael C. Roldán Sánchez
El mandato de Rafael C. Roldán Sánchez comienza en 2001, una vez aprobados los nuevos estatutos, que han de ajustarse a los requerimientos del obispado. Roldánperteneció a las juntas de Juan J. Cas y José Jiménez, ocupando el puesto de Tesorero. Vinculado a la Hermandad desde pequeño, así como antiguo alumno del Colegio Virgen del Carmen, se plantea continuar con la línea seguida por los anteriores hermanos mayores, para ello cuenta con una junta con experiencia y la inercia de una hermandad en pleno proceso de expansión. Se acometen profundas reformas en los locales de la Hermandad, se construye un nuevo local para los pasos en base al convenio con la empresa propietaria del terreno y se impulsa definitivamente la realización de un guión procesional acorde con la categoría de la Cofradía, así como diversas restauraciones de bordado y orfebrería de enseres antiguos. Durante estos años tiene especial repercusión la conmemoración del XXV aniversario de las cuadrillas de hermanos costaleros. La Hermandad llega a superar los 1550 hermanos y los 450 nazarenos, convirtiéndose en la segunda de Córdoba, sólo superada por la Hermandad de la Paz.Alternar panel: Page Options