La comisión de hermanos encargada de su gestión y desarrollo, quiere dejar patente un decálogo en el que se refleje una declaración de intenciones que marcarán el espíritu de su trabajo para el futuro. Dicho decálogo queda definido de la siguiente manera:
- Transparencia tanto en el aspecto económico necesario para su gestión como en las solicitudes de ayudas recibidas.
- Coherencia en las acciones a realizar tomando conciencia de los medios disponibles.
- Accesible para toda persona vulnerable y para todo aquel que quiera participar y ayudar.
- Compromiso en no desistir en la ayuda al desfavorecido.
- Iniciativa en buscar fondos propios para cubrir las necesidades que nos soliciten.
- Colaboración con otras entidades e instituciones benéficas.
- Ejemplaridad como aliciente para otros hermanos.
- Proyecto ilusionante con futuro.
- Necesidad de dar muestra de nuestro sentido cristiano.
- Beneficio para las personas que nos rodean de forma más cercana.
Del mismo modo se diseña, en base a las posibilidades, un orden que permita concretar esfuerzos en ayudar al tejido social de la hermandad y a todo aquel desfavorecido que lo solicite:
- Hermanos cuya situación de necesidad requieran de nuestra ayuda.
- Feligreses del barrio que se encuentren en dificultades.
- Instituciones benéficas a las que podamos prestar nuestro apoyo e incluso establecer convenios de colaboración con ellas.
- Cualquier otra institución o persona que solicite por necesidad nuestra ayuda.
Esta vocalía pretende a través de su difusión la búsqueda de la mayor participación de hermanos posible siendo su objetivo principal el conseguir, en un futuro no lejano, nuestra propia Obra Social.